Los sueños

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El hombre ante el abismo de los sueños

¿Qué es soñar?, desde el ángulo de vista muy esotérico, soñar es vivir.
La causa real del sueño parece ser que los cuerpos se cansan uno del otro.
El cuerpo astral se cansa muy pronto del pesado trabajo de mover las partículas del cerebro físico; por lo que necesita estar separado de éste, durante largo rato, a fin de recuperar fuerzas.

  1. Los sueños
    • ¿Qué es soñar? ¿Cómo se produce el sueño?
    • La muerte es una continuidad del sueño que realizamos cada noche
    • La succión del alma
  2. El inconsciente colectivo
    • ¿por qué soñar es vivir y por qué soñar es crear magia?
    • El significado del recuerdo de los sueños
    • El abandono del inconsciente colectivo
  3. El registro de los sueños
  4. Continuidad de conciencia: autoconciencia astral
    • Sueño y vivencia astral
    • El ser autoconsciente

 

 

 

  1. Los sueños

¿Qué es soñar? ¿Cómo se produce el sueño?

Desde el ángulo de vista muy esotérico, soñar es vivir.

La causa real del sueño parece ser que los cuerpos se cansan uno del otro.

El cuerpo astral se cansa muy pronto del pesado trabajo de mover las partículas del cerebro físico; por lo que necesita estar separado de éste, durante largo rato, a fin de recuperar fuerzas.

Aunque la emoción excesiva cansa al hombre muy pronto en la vida ordinaria, no es el cuerpo astral el que se fatiga, sino el organismo físico por cuyo medio la emoción se expresa o experimenta.

Al dejar el hombre su cuerpo físico en sueño (o al morir), la presión de la materia astral que lo rodea (lo cual quiere decir, en realidad, la fuerza de gravedad del plano astral) hace que otra materia de la misma clase ocupe inmediatamente el espacio dejado vacío.

Tal contraparte astral es una copia exacta, en cuanto a la distribución se refiere, del cuerpo físico; no obstante, no tiene vinculación con el mismo ni se la puede utilizar como vehículo. Al volver el verdadero cuerpo astral, éste desaloja al temporario sin la menor oposición.

Esta es una de las buenas razones para escoger con cuidado el ambiente en donde uno duerme

Al dormirse, los principios superiores del hombre se retiran, con el cuerpo astral, del cuerpo físico; el denso y etérico permanecen en el lecho.

El astral, separado del físico, conserva la forma de éste; de manera que la persona es conocida en el astral por quien la conozca físicamente (porque que la atracción entre las partículas astrales y las físicas continúa durante toda la vida física).

  • El cuerpo astral de una persona durmiendo se compone de una porción central, que corresponde al cuerpo físico, relativamente denso, y un aura envolvente relativamente sutil.
    • Hombre1 poco desarrollado. Astral tan dormido como el cuerpo físico e incapaz de alejarse de éste. Flota soñoliento arrastrado por diversas corrientes astrales. Astral sin forma.
    • Hombre 2 más evolucionado. Astral conforma más parecida al físico. Los pensamientos del día, se mantienen al estar dormido (está rodeadao de una muralla). Un fuerte deseo puede rasgar esa muralla y ver así cuanto le rodea
    • Hombre 3 más evolucionado aún. El astral está plenamente consciente y es empleado como vehículo. Responde a las vibraciones de su plano (de acuerdo con su nivel de evolución). Trabaja más activamente que con el cuerpo físico. Se mueve libremente. Puede interactuar, recibir instrucción y prestar servicios. Sometido a influencias astrales diversas

La muerte es una continuidad del sueño que realizamos cada noche

Cada noche al acostarnos y al dormir estamos verificando la muerte, entonces ¿qué diferencia existe entre la muerte y el sueño?, simplemente, que en la muerte el cordón umbilical, hilo de vida o sutratma ha desaparecido del cuerpo, y el Alma a través de este hilo recogiendo los átomos permanentes se refugia en el plano causal. Entonces, cada noche estamos muriéndonos, todos hemos muerto, y cuando realizamos la experiencia de la muerte nos damos cuenta de que es familiar, que ya es conocida de siempre.

Y el sueño es exactamente lo mismo, sin que el cordón umbilical, sin que el hilo de la vida o el sutratma se desapegue del lugar donde está anclado, en el corazón, en el interior del átomo permanente.

 

La succión del alma

Cuando la persona se entrega al descanso, automáticamente hay una succión de parte del Alma que necesita que la conciencia funcione en todas las dimensiones de todos los cuerpos conocidos

Tanto en el sueño como en la muerte, las personas de tipo instintivo sienten la atracción por el plexo solar.

Las personas de tipo sensible, las personas sentimentales, las personas predominantemente místicas, la succión la realizan a través del centro o de un lugar muy cercano al centro Cardíaco.

Las personas pensantes que utilizan creadoramente materia mental, los discípulos mundiales, las personas de alta integración, realizan la aspiración superior hacia el plano astral a través de un punto situado muy cerca de la glándula pineal.

Son tres lugares o tres puntos en los cuales la vida se escapa de la materia. El cuerpo físico está descansando, pero no así la conciencia que nunca descansa porque está aliada a la conciencia de la vida y solamente cambia de percepción, cambian las imágenes, las formas, pero no el contenido esencial.

El cuerpo físico se duerme por inducción del Ego, existe una voluntad, un ejercicio de poder sobre el cuerpo, más tarde vendrá otro ejercicio de poder sobre el cuerpo astral, y de la misma manera que se deja dormido el cuerpo físico también se dejará dormido el cuerpo astral, hasta el punto en que el iniciado ve sus tres cuerpos dormidos, el símbolo del monte Tabor de la conciencia, porque está en el plano búdico.


 

  1. El inconsciente colectivo

¿por qué soñar es vivir y por qué soñar es crear magia?

Porque en los sueños estamos dentro de un océano de vivencias que pertenecen al pasado colectivo de nuestro planeta, unas vivencias psicológicas, místicas, trascendentes, que por estratos están constituyendo aquello que esotéricamente llamamos la entidad Espacio.

El Espacio contiene la subconciencia del hombre, el inconsciente colectivo de la raza como un todo, un conglomerado de hechos y circunstancias que hacen posible que un hombre al soñar se ponga en contacto con este gran inconsciente.

El karma de toda la humanidad está sedimentado en cualquier remoto lugar del Espacio, constituyendo aquello que llamamos los recuerdos de Dios, o la memoria cósmica, o los registros akásicos.

La mayor parte de nosotros, cuando nos entregamos al sueño, lo hacemos compuestos de deseos, de esperanzas y de temores, y todos estos compuestos, estos aspectos psicológicos del ser humano, son como imanes que atraen del inconsciente colectivo de la raza todo aquello que favorece sus intenciones.

Porque el sueño nos permite escapar superficialmente del karma que nos ata al cuerpo físico, donde el karma gravita con toda su intensidad. Entonces, durante el sueño vivimos aquello que nos es negado durante la vida física: el ser que es despreciado se siente amado, la persona que tiene temores siente confianza, y la persona que tiene cualquier problema lo puede dilucidar en conciencia, etc. e

Entonces, en los sueños corrientes, por ley de vibración, el Alma siguiendo sus intenciones absorbe del caudal colectivo de la raza aquello mediante lo cual realizará sus aspiraciones durante el período del sueño.

 

El significado del recuerdo de los sueños

Existen libros y teorías acerca de los sueños porque los sueños de las personas obedecen al contacto que tienen dentro de la subconciencia individual o del inconsciente colectivo de la raza.

Entonces, como el inconsciente colectivo de la raza es el mismo para todos a veces pueden aplicarse a las personas los mismos significados.

No sucede lo mismo con el discípulo o con el iniciado, que no se atiene a la ley que rige la subconciencia de los hombres, o el inconsciente colectivo de la raza, sus sueños están por encima de la subconciencia.

En el sueño se nos revelan cosas, pero cada persona debe saber lo que significan sus sueños. Cada persona es distinta, por su propia evolución cada uno extrae del subconsciente instintivo lo que proviene de un pasado y de los contactos más o menos consecuentes que establece con el plano astral.

 

El abandono del inconsciente colectivo

Darnos cuenta de que estamos sonando es el principio de la autoconciencia en el sueño, lo cual significa que el sueño desaparece y son vivencias, vivencias en otra dimensión. Cuando somos conscientes de los sueños, de que estamos soñando, se nos corta el amarre que tenemos sumergido en el inconsciente colectivo de la raza.

El Alma va dejando su subconciencia racial, lo que le está atando al inconsciente colectivo, y aumentando de vibración, hasta llegar un momento en que se individualiza en el plano astral y llegamos a lo que esotéricamente se denomina la continuidad de conciencia.

 

  1. El registro de los sueños

La falta de continuidad de conciencia entre la vida física y la astral puede ser debida a falta de desenvolvimiento del cuerpo astral, o consecuencia de no poseer un puente etérico adecuado entre la materia de ambos cuerpos. El puente es un tejido de materia atómica tupidamente entretejida, por el cual pasan las vibraciones; este tejido es la causa del momento de inconsciencia que, como un velo, se interpone entre dormir y despertar.

Conciencia y actividad en el plano astral es una cosa, el recuerdo del cerebro de tal conciencia y actividad astrales es algo muy diferente.

La única manera de recordar la vida astral con el cerebro físico es poseer un cuerpo astral suficientemente desarrollado, y haber despertado los Chakras etéricos, una de las funciones de los cuales es traer fuerzas del astral al etérico.

Algunas veces, al despertar, uno siente que ha experimentado algo de lo cual nada recuerda. El sentimiento indica que ha habido conciencia astral, aunque el cerebro no sea lo suficiente receptivo como para registrar el hecho.

Otras veces, el hombre, en su cuerpo astral, consigue hacer una impresión momentánea en el doble etérico y en el cuerpo denso, lo cual da un recuerdo vívido de la experiencia astral. Esto se hace, a veces, deliberadamente cuando ocurre algo que la persona siente la necesidad de recordar en el mundo físico. Tal recuerdo, ordinariamente, se borra pronto y no se puede recuperar; los esfuerzos para recordarlo causan fuertes vibraciones en el cerebro físico, que se sobreponen a las delicadas vibraciones astrales y, en consecuencia, hacen más difícil recordarlas.

En otras ocasiones, ciertas ocurrencias en el cuerpo astral son tan vívidas que llegan a grabarse en el cerebro físico por medio de una especial repercusión.

A veces se tiene la sensación de vivir o de haber vivido ya algo en cualquier momento del tiempo, aquella sensación de esto ya lo he vivido. Son experiencias que les pasan a los discípulos porque viven más de prisa que los demás, significa que vivimos aquella experiencia en un mundo en donde todo es más rápido, por lo tanto, puedes tener un registro aquí en un momento determinado del tiempo de algo que sucedió hace muchos años, porque la experiencia pasa más rápida

En otros casos, una persona conseguirá grabar nuevos conocimientos en el cerebro físico, sin poder recordar dónde y cómo los ha adquirido. Casos como éstos ocurren a muchas personas; por ejemplo, se encuentra de pronto la solución de un problema, que antes parecía insoluble.

Curiosamente, a pocas personas les interesa, mientras se encuentran en cuerpo astral que el cerebro físico recuerde o no; y además, nueve de cada diez tienen pocas ganas de volver al cuerpo físico

El cerebro no puede registrar más que aquello que conoce

El cerebro no puede crear un hecho si éste hecho no existe, o si no se ha experimentado anteriormente, así que cuando decimos “he soñado una cosa muy tonta” quizás no sea tan tonta, quizás es que tu la has captado de esta manera sin que sea una cosa tonta.

Cuando la persona no tiene una memoria perfecta de lo que ocurre en los niveles subjetivos, no tiene otro remedio, habida cuenta de que nuestro cerebro físico es tridimensional, que trate de ajustar aquellos recuerdos a la realidad que ha vivido en determinado plano subjetivo

Hay sueños que quedan para siempre, son los sueños que se ha vivido a través del Alma y hay sueños que pasan desapercibidos, pero siempre hay una impronta del Ego sobre el cerebro físico para que recuerde siquiera algo de aquella experiencia, y esto va siendo cada vez más interesante porque el sueño debe convertirse en una conciencia ininterrumpida, de manera que el cerebro se haga receptivo a energías superiores y ya no tenga necesidad de pasar por el sueño.

 

  1. Continuidad de conciencia: autoconciencia astral

Sueño y vivencia astral

Soñamos lo que amamos – el deseo – soñamos lo que tememos – el deseo – soñamos cosas imposibles – el deseo – ¿por qué?, porque… en nuestra vida personal tenemos tan poca suerte¡… obtenemos tan pocos resultados¡… que realmente todo aquello lo transportamos al subconsciente, y el subconsciente, entonces, se lo traslada a la conciencia en sueños, no la autoconciencia, la conciencia en sueños o la conciencia del sueño, y le presenta un programa de lo que desea o de lo que teme, y, entonces, ¿qué pasa?, pasa algo que no es una realidad.

Con los sueños estamos tratando de completar aquello que ha quedado por hacer durante la vigilia, aquello que pudiendo hacerse no ha sido hecho y, mezclado, las repercusiones que tiene toda esta inconsumación de actos con el contenido subconsciente. Por ello, el sueño es una mezcla de cosas no completadas, no realizadas, y recuerdos remotos de nuestra conciencia, y también de contactos que tenemos con el inconsciente colectivo de la humanidad.

Y se dice que el sueño es una especie de devachán, porque la persona que no es amada sueña que es amada.

Por lo tanto:

  • Soñar es situar nuestro pequeño yo en un espacio a su medida dentro del plano astral, un movimiento ilusorio porque no es real.
  • Vivencia astral es cuando desaparece el sueño y continuamos viviendo la propia realidad de la vigilia.

 

¿Cuándo y cómo da lugar esta vivencia astral?

Cuando nos damos cuenta de que estamos soñando estamos creando dentro del plano astral un cuerpo ajustado a la medida de nuestra evolución. Un cuerpo que nosotros tenemos que tener en el plano astral tan bien estructurado como en el plano físico, y vivir tan intensamente con este cuerpo como vivimos tan intensamente en este cuerpo físico denso. Cuando astralmente nos veamos igual que nos vemos físicamente a nosotros habremos alcanzado la plenitud de la autoconciencia.

La autoconciencia astral es la plenitud de la conciencia que perdura después que te has ido a descansar durante el periodo del sueño, existe continuidad de conciencia, el alma se separa del cuerpo y funciona en el plano astral tan libremente, tan conscientemente como lo hacemos en el plano físico.

¿Por qué somos autoconscientes en el plano físico? Porque nos podemos observarnos físicamente tal cual somos, nos autoreconocemos.

 

El ser autoconsciente

Si estamos atentos durante la vigilia —y no lo estamos casi nunca— estaremos conscientes durante el sueño, pero como estamos distraídos no podemos tener conciencia astral, ni conciencia mental, naturalmente, porque el hecho de estar obligados a estar atentos es un esfuerzo psicológico que no queremos emprender, es decir, nos gustan las vías fáciles, acomodaticias, y repudiamos siempre las líneas de máxima resistencia.

Cuando estamos autoconscientes del mundo físico sin darnos cuenta adquirimos la autoconciencia en el mundo astral y hay que procurar estar siempre muy atentos porque entonces la energía viene recogida por el centro Ajna para distribuirla durante el periodo de sueño y no por el plexo solar que es la causa de los sueños.

 

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